viernes, 11 de mayo de 2012

CAMBIAR O MORIR

¿Os acordáis del cuento de la rana? Es un claro ejemplo de esta resistencia constante al cambio de la que hablamos y que es un hecho repetitivo.
Imaginaros una rana dentro de una cazuela que está llena con agua fría. Esta cazuela se pone en el fuego pero en un primer momento, la rana no le da importancia a eso y simplemente nada. Cuando poco después empieza a notar el agua calentita, incluso se encuentra más a gusto que al principio y se adapta cómodamente a la situación.
¿Qué supone eso? Que eleva a normal lo que NO empieza a ser normal.
Cuando ya sube mucho la temperatura, la rana empieza a aturdirse y es incapaz de reaccionar y cuando finalmente el agua hierve ya no tiene fuerzas para salir de la cazuela.
Esto suele ocurrir en muchas ocasiones, en las empresas y en la actividad profesional. Hay situaciones en las que vas aceptando que algunos cambios en tu entorno no tienen porque modificar tu conducta habitual, hasta que al final, has elevado a normal y soportable lo que está ocurriendo.
La pregunta es ¿te están quemando? No esperes…SALTA Y CAMBIA.
Las amenazas desde el exterior no proceden en ocasiones de hechos repentinos, sino de procesos graduales que no nos gusta identificar pero en los que perezosamente nos acomodamos para retrasar al máximo los cambios.

1 comentario:

  1. En el vídeo del queso se ilustra esto que comentas: el queso se estaba acabando, pero no se dieron cuenta!! A veces es más fácil mirar para otro lado y acomodarse, pero es importante estar atento al entorno para identificar cambios y poder valorar mi adaptación.

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