Las 4 fuerzas del cambio
Las herramientas 2.0. permiten una nueva forma radicalmente diferente de gestionar el cambio, ya que supone una nueva forma de trabajar, que se basa en potenciar 4 fuerzas del cambio organizativo.
Las cuatro fuerzas del cambio que son potenciadas por las redes sociales son:
- Generación y construcción de ideas: las ideas y la creatividad son la materia prima de la que se construye la innovación y estas fluyen de forma más rápida en entornos 2.0. Desde cualquier parte de la organización puede surgir una idea y estas se comparten y se modifican de forma más rápida. Las nuevas ideas son la base del crecimiento empresarial.
- Aprendizaje organizativo: la transmisión de información clave y/o novedosa por parte de comunidades de práctica en una organización puede ser la mejor forma de compartir el conocimiento en nuestras organizaciones, cada vez más caduco y abundante. La información y el aprendizaje es “el humus” ideal para hacer crecer las ideas y para eliminar la resistencia organizativa al cambio en los procesos de innovación.
- Colaboración y equipo: Las comunidades en torno a objetivos concretos pueden crear fuertes lazos de grupo y todos sabemos que la colaboración es la energía del cambio, y tiene el poder “casi mágico” de acelerar el tiempo que una idea se convierte en una realidad. Colaboración es la clave de la creatividad y de la implantación de la innovación.
- Descentralización de la influencia y compromiso: las redes sociales no están pensadas para que orden jerárquico intervenga, y la influencia puede ser más transversal y descentralizada, las relaciones más “serendípicas” y basadas más en un sistema de nodos de influencia. Este tipo de participación crea compromiso e involucración en el cambio donde todos pueden ser protagonistas.
4 Barreras para el cambio
Ya sabemos que hay una revolución social en marcha que viene de la mano de la tecnología en la que el presidente Obama probablemente haya sido su más claro exponente. Demostró para sorpresa de todos cómo un líder en el terreno político puede potenciar sus ideas por este tipo de canales y encontrar un fuerte compromiso,… Aunque todavía tenemos preguntándose a medio mundo ¿pero exactamente que fue lo que paso?
Todos intuimos que un líder empresarial también puede utilizar este tipo de estrategias de comunicación para impulsar en la empresa un cambio cultural o para crear más capacidad innovadora.
Pero también todos intuimos que no será algo tan fácil. Para conocer algunas de las dificultades con las que te puedes encontrar puedes responder estas cuatro preguntas:
1. ¿Qué pasaría si se crea una red informal de empleado, donde la realidad no coincide con el organigrama? Las culturas tradicionales pueden chocar con esta nueva de forma de entender la comunicación en la organización más transparente. ¡El “status quo” se puede redefinir y esto será peligroso!
2. ¿Qué cara pondrá tu especialista de RRHH, otros directivos o el Director General si planteas utilizar este tipo de herramientas que en su mayoría no comprende? El desconocimiento del management de estas herramientas es otra importante barrera, lo que se desconoce crea desconfianza, aunque este un tema temporal y casi generacional.
3. ¿Los directivos de tu organización estarán dispuestos a liderar estos nuevos canales y las nuevas comunidades donde la autoridad debe ser cambiada por capacidad de influencia y por liderazgo? Los estilos de liderazgo de los responsables organizativos debe estar alineados con estas herramientas cuya eficacia se haya en una participación no ordenada y por su naturaleza imprevisible.
4. ¿Qué participación tendrán tus colaboradores sobre estas iniciativas que buscan no sólo sus ideas si no su involucración? La participación de la organización es la clave, su generosidad, su participación, colaboración y la creación de nuevos hábitos puede ser otra importante barrera que se debe cambiar incentivando/recompensando la consecución de estos nuevos hábitos.
Probablemente el miedo que produce las redes sociales es el miedo a la libertad. Hemos vivido demasiados años bajo el paradigma del control taylorista y bajo el mito de una planificación racional que despreciaba “lo no que no se puede controlar”. Quizás sea una nueva generación de managers con otra cultura y valores sea la solución al reto de gestión que plantean las redes sociales.
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